martes, 28 de octubre de 2008

Ya que vas a escribir, dijo, cuenta de mi pueblo, pobreza y dolor solo trajo el progreso, la cultura de la tracion, y los indios, en los museos.




















Estaba el diablo mal parado en la esquina de mi barrio, ahi donde dobla el viento y se cruzan los atajos, al lado del estaba la muerte, con una botella en a mano, me miraban de reojo, y se reian por lo bajo, y yo que esperaba no se a quien al otro lado de la calle del otoño una noche de bufanda que me encontro desvelado, en entre dientes oi a la muerte que decia si,

Cuantas veces se habra escapado como laucha por tirante y esta noche que no cuesta nada ni si quiera fatigarme, podemos llevarnos un cordero con solo, cruzar la calle
Yo me escondí tras la niebla y mire al infinito, aver si llegaba ese, que nunca iba a venir, Estaba el diablo mal parado en la esquina de mi barrio, al lado del estaba la muerte con una botella en la mano.



Y temblando como una hoja, me cruze para encararlos, y les dije, me parece que esta vez, me dejaron bien plantado, les pedi fuego y del bolsillo, saqué una rama pa' convidarlos, y bajo un arbol del otoño nos quedamos chamuyando, me contaron de sus vidas, sus triunfos y sus fracasos, de que el mundo andaba loco y hasta el cielo fue comprado, y mas miedo que esos dos, me daba el propio ser humano, y yo ya no esperaba a nadie, entre las risas del aquelarre, el diablo y la muerte se me fueron amigando, ahi donde dobla el viento y se cruzan los atajos, ahí donde brinda la vida, en la esquina, de mi barrio.

No hay comentarios: